Freirina se encuentra en el sur de la Región de Atacama, dentro de la provincia de Huasco. Su extenso territorio abarca desde la costa del Pacífico hasta zonas interiores semiáridas del desierto, donde el río Huasco riega un fértil valle central. El clima es predominantemente semiárido, con escasas lluvias invernales y temperaturas templadas, marcadas por la influencia costera y la camanchaca en las zonas litorales.
El paisaje de Freirina es un mosaico que combina el valle verde del río Huasco, las planicies áridas y la franja costera del Pacífico. Entre cerros de tonos ocres y amplias pampas, se esconden oasis de vegetación y, tras inusuales lluvias, el fenómeno del desierto florido cubre el terreno con colores vibrantes.
La ciudad de Freirina, fundada en 1752, es la cabecera comunal. Alrededor se extienden pequeñas aldeas y caseríos como Maitencillo y Vicuña Mackenna, donde se practica la agricultura familiar y se preservan tradiciones ancestrales en el manejo de huertos y cultivos.
En la costa se ubican pequeñas caletas de pescadores, como Chañaral de Aceituno, Los Burros y Los Bronces. Estas comunidades mantienen una fuerte tradición de pesca artesanal, donde la actividad marítima se mezcla con la vida en el litoral.
En los valles fértiles se cultivan hortalizas y frutas, mientras que la olivicultura destaca con olivos centenarios de la variedad Sevillana. La producción de aceite de oliva extra virgen y aceitunas de mesa, con Denominación de Origen, ha sido fundamental para la economía local durante siglos.
La pesca artesanal es el motor de las comunidades costeras, donde familias enteras salen al mar en pequeñas embarcaciones para capturar productos frescos. Además, la crianza de ganado caprino en las zonas áridas permite la producción de quesos artesanales y otros derivados, manteniendo viva una tradición ancestral.
Los habitantes de Freirina mantienen un profundo vínculo con la tierra y el mar. Agricultores, ganaderos y pescadores trabajan de forma familiar y comunitaria, transmitiendo saberes de generación en generación. Este arraigo se refleja en cada huerto, cada embarcación y cada técnica ancestral que contribuye a la sustentabilidad y al dinamismo de la región.
